Después de pensar que esta serie iría en declive, he cambiado de opinión tras acabar la tercera temporada. Como siempre: nos dan una de cal y otra de arena.
Por un lado perdemos de vista a Alberto, quien huye de las galerías para aislarse del mundo y del dolor de no poder seguir su relación con Ana, por otro, vemos como por un error, todos piensan que está muerto y intentan seguir con sus vidas.
Nos quitamos a Cristina de en medio, quien, después de un ataque de locura, tira a Ana por las escaleras y se ve obligada a ingresarse en un hospital o sanatorio durante unos meses. Desgraciadamente sabemos que la vuelta de Cristina se avecina, y que no es probable que haya acabado la guerra. En el adelanto de la cuarta temporada nos dicen que Cristina sabrá que Alberto sigue vivo, pero es de esperar que no se lo comunique a Ana y ésta, sin saberlo, se case con Carlos (al cual detesto) para que la ayude a ella y a su hijo.
Carlos es un personaje cuanto menos despreciable. Ya dañó a Ana, y ahora va de bueno para volver a tenerla para él solo. Él es el único que sabe desde el primer momento que Alberto sigue vivo y prefiere callárselo y hacerse con la que sería su vida.
Solo puedo esperar de la cuarta temporada más cabreos y momentos de impotencia ante Carlos y Cristina.
UnexpectedStorm
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